Khimera
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Huir del ruido, buscar el silencio

El ruido literal y metafórico nos agota y nos crispa. ¿Sabemos vivir sin él?

Ha empezado un nuevo curso y todo indica que vamos a tropezar con las mismas piedras de siempre.  Del confinamiento parece que hemos aprendido más bien poco. Hubo una corriente de opinión que aseguraba que nos iba a servir para cambiar hábitos con los que estábamos acostumbrados a vivir y que están cargados de toxicidad, pero la realidad indica que todo va a seguir más o menos igual. ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar, incluso aquello que no nos va bien?

En setiembre se reactiva y se acentúa todo de nuevo. Vuelve el ruido de las declaraciones altisonantes de los políticos, el ruido de los titulares estridentes para llamarnos la atención, el ruido de la maximización de los conflictos institucionales, el ruido de la hiperconectividad que nos lleva a desconectarnos de las personas con las que convivimos, el ruido de la aceleración y el estrés porque nos falta tiempo para llevar a cabo todo lo que queremos hacer o el ruido de los motores de los vehículos circulando por las ciudades… El ruido sea en sentido literal o metafórico, seamos más conscientes o menos, nos crispa y nos agota; pero curiosamente parece que no sabemos vivir sin él. Quizá es porque todavía no hemos aprendido a relacionarnos bien con el silencio.

Pararse, estar en silencio, hacerse preguntas

A veces escogemos conscientemente vivir así, envueltos en un zumbido constante, para no tener que “aguantarnos” a nosotros mismos. También nos han inoculado que hay que tener una agenda siempre ocupada, porque la hiperactividad “vende”.

Hay que reconocer que a veces no es fácil detenerse en el mundo acelerado que vivimos, pero aunque no sea sencillo acostumbra a ser saludable hacer este ejercicio. Cuando nos paramos,  nos hacemos preguntas y es entonces cuando somos capaces de tomar consciencia y detectar aquello que nos disgusta o, por el contrario, corroborar que estamos en el buen camino. Vale la pena pararse, estar en silencio y hacerse preguntas.

Un par de lecturas muy recomendables sobre el silencio: Cerebro y silencio de Michel Le Van Quyen y Biografia del silencio de Pablo d’Ors.